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Revolución Industrial: ¿Por qué surgió en Inglaterra?🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura

La Revolución Industrial, comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII y, con el tiempo, se extendió a Europa, Estados Unidos, Japón, etc. La pregunta que suscita a muchos es: ¿por qué se originó este evento en Inglaterra? Esto sucedió porque Inglaterra reunió todas las condiciones necesarias para hacerlo.

Primero, el desarrollo tecnológico e industrial que tuvo lugar en Inglaterra solo fue posible gracias al temprano establecimiento de la burguesía en el poder inglés. Esto se debe a que Inglaterra fue el primer país absolutista en experimentar una revolución burguesa, la Revolución Gloriosa, que tuvo lugar en el año 1688. A partir de entonces, la burguesía se estableció en el poder y esto aseguró el desarrollo de la economía inglesa.

Con esta revolución, el país se convirtió en una monarquía constitucional parlamentaria, en la que el poder de los reyes se sometió al Parlamento. Así, la burguesía, consolidada en el poder, comenzó a tomar medidas que la fortalecieron y sirvieron económicamente a sus intereses. Antes de eso, la economía inglesa se había beneficiado de una medida tomada en 1651, incluso antes de la Revolución Gloriosa.

Ese año, Oliver Cromwell promulgó las Leyes de Navegación, una ley que determinaba que los bienes comprados y vendidos por Inglaterra solo serían transportados por buques ingleses. Esto cambió las rutas marítimas inglesas y transformó al país en la mayor potencia comercial del mundo, iniciando el proceso de acumulación de capital en el país. Este excedente de capital se utilizó posteriormente en el desarrollo de máquinas.

Además del capital para invertir en el desarrollo industrial, también se necesitaba una gran cantidad de mano de obra para trabajar en las industrias. Resulta que la Inglaterra del siglo XVIII contaba con una gran cantidad de mano de obra, fruto de los cercados que obligaban a los campesinos ingleses a trasladarse a las ciudades inglesas.

Estos recintos fueron el resultado de la Ley de recintos, una ley inglesa que permitía vallar las tierras comunales utilizadas por los campesinos y convertirlas en pastos para la cría de ovejas. Estas tierras comunales eran parte de un sistema feudal que reservaba ciertas áreas para que los campesinos las cultivaran.

Las vallas provocaron la expulsión de los campesinos de sus tierras, ya que estos se estaban convirtiendo en pastos y ya no podían sobrevivir en el campo. Entonces los campesinos se vieron obligados a ir al único lugar donde podían ganarse la vida: las ciudades. Allí, se convirtieron en la mano de obra que alimentaba a las industrias, y esta gran disponibilidad les dio a los patrones el poder de presionar los salarios de los trabajadores. Surgía el proletariado, la nueva clase trabajadora.

Para ir acabando, pero no menos importante, es necesario señalar que Inglaterra tenía una gran reserva de exactamente las dos materias primas más importantes para el desarrollo industrial en ese momento: carbón y hierro. Estos materiales fueron fundamentales para la construcción de máquinas y para su funcionamiento (a base de vapor de agua).

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